Hermanos y hermanas, hoy nos reunimos para celebrar la Fiesta de la Presentación del Señor, recordando el momento en que Jesús fue llevado al Templo, cumpliendo la Ley de Moisés y manifestándose como luz para todas las naciones. En este día, la Iglesia también celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, dando gracias a Dios por quienes han entregado su vida a Él en el servicio del Reino. Pidamos al Señor que nos conceda corazones dispuestos a reconocer su luz y seguir su llamada con fidelidad, para que “no dejemos de correr al encuentro con Él”.