Venid, cantemos gozosos a Yahvé, aclamemos a la Roca que nos salva; entremos en su presencia dándole gracias, aclamándolo con salmos.
Salmo 95, 1-2
Piedad de mí, oh Dios, por tu bondad, por tu inmensa ternura borra mi delito, lávame a fondo de mi culpa, purifícame de mi pecado.
Salmo 51, 3-4
Yahvé, mi Dios salvador, a ti clamo noche y día; llegue mi súplica a ti, presta oído a mi clamor.
Salmo 88, 2-3
En mi angustia grité a Yahvé, pedí socorro a mi Dios; Desde su templo escuchó mi voz, resonó mi socorre en sus oídos.
Salmo 18, 7
Ver más...Estoy extenuado de gemir, baño mi lecho cada noche, inundo de lágrimas mi cama; mis ojos se consumen de rabia. La insolencia define a mis opresores, ¡apartaos de mí malhechores!
Salmo 6, 7-9a
Yahvé da firmeza a los pasos del hombre, se complace en su camino; aunque caiga, no queda tirado, pues Yahvé lo sostiene por la mano.
Salmo 37, 23-24
¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Estás lejos de mi queja, de mis gritos y gemidos. Clamo de día, Dios mío, y no respondes, también de noche, sin ahorrar palabras. Salmo 22, 2-3
Ver más...¿Hasta cuándo, Yahvé? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro? ¿Hasta cuándo andaré angustiado, con el corazón en un puño día y noche? ¿Hasta cuándo me someterá el enemigo?. Salmo 13, 2-5
Ver más...Escucha, Yahvé, el clamor de mi voz, ¡ten piedad de mí, respóndeme! Digo para mis adentros: «Busca su rostro». Si, Yahvé, tu rostro busco: no me ocultes tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio. Salmo 27, 7-9a
Ver más...